miércoles, 18 de julio de 2012

Inicio. Aquellos maravillos años (1/2)

Buenas tardes,

Pues aquí doy comienzo a este mi diario de una persona, que hace unos pocos de años, que da casi algo de vergüenza ya decirlo, pero que bueno, qué más da! Hace como 21 años, a mis 12, recuerdo mi primer contacto con una bicicleta de montaña: una flamante bhforce 12, semejante a algo así como esto:
La traía un compañero de clase, Lauren, y recuerdo que me conquistó, de haber vivido siempre encima de mi bici tipo bmx, o más tarde a otra más antigua motoretta (grandes bicis aquellas), aquello era el cielo, la gran suavidad que tenía, cómo volaba, etc.

Todo eso, me llevó a emperrarme en que mis padres me la compraran, de ahí, que cogí la gran mayoría de mis ahorros, y aparte, aprovechar de la bondad de mis padres, todo hay que decirlo, me la agencié finalmente, y bueno, la verdad, que a lo que ahora se tiene por concepto de mtb a lo que yo hacía por aquellos entonces, había bastante diferencia, ayudado por unas cubiertas mixtas, con una línea central completamente lisa, me animaba más en realidad a coger carretera. También se daba el caso que por aquellos entonces empezó a despuntar aquel mito llamado Indurain, que me llevó por muchas carreteras de por ahí, muchos kms..

Pero fueron pasando los años, y a medida que me acercaba a mi mayoría de edad, fui dejándola apartada, aunque también hubo episodios decisivos para futuras salidas, como mi conocimiento del mtb de verdad, metiéndome por "caminos de carne" por esta mi sierra de Córdoba, acompañando a verdaderos locos perdíos que se tiraban "a tumba abierta" por los caminos de Santo Domingo hacia abajo...

De ahí que empezara a conocer estos senderos, que luego aunque fuera en solitario, yo mismo los iba descubriendo y conectando unos con otros, y de vez en cuando, aunque lloviera incluso, salía con mi inseparable bh a esos caminos de dios a pegarme la mañana del sábado en contacto con esa esplendorosa naturaleza y tesoro cercano que tenemos (o teníamos, hacer memoria de algunos caminos da verdadera pena y vergüenza ajena de lo que los motoristas han destrozado, dejándolo todo en tierra yerma).

En fin, que aquí llega el declive, empiezan estudios universitarios, luego la novia, y todo lo que te hace pensar: "bah, no tengo tiempo para esto". Cosa que hizo además que la bicicleta se quedara por ahí cogiendo polvo, siendo excepciones las veces que le daba vida más que otra cosa.

Y sí, como os imagináis, la pobre bh llegó su día, en que ocupaba mucho sitio en casa, que tal y cual, y acabó siendo donada (sin mi consentimiento expreso, aunque también el poco uso que le dí dió poderes para ello) a otra persona.

Finalmente, pues ahí quedó la cosa, hasta hará cosa de año y pico, que donde hasta hace poco residía, resulta que había una pareja de gemelas ahí olvidadillas, oxidadas del salitre del mar, etc. No quise que se fueran a mejor vida así tan directamente, y con la excusa de ahorrar, la usaba para paseillos cortos a por recados y cosas así, aprovechando su mala pinta para poder aparcarlas con un simple candado abrazando cualquier farola o similar.

Hasta que un buen día, y apelando a mi profesión (Ingeniero de montes, en paro por cierto), empecé a maquinar el coger un carril por el campo de lo que había ya cerca de mí (Sierra de Mijas y alrededores) para echar un buen rato de disfrute en una de las dos viejas pero robustas al parecer máquinas de que disponía.

Pues bien, no fue una cosa mala tampoco, pero claro, ahora que lo pienso, en plan dominguero total, sin apenas agua, y alargándose la ruta en exceso amén de las dudas que me asaltaban en cruces de caminos, fatigas, etc.

Esa mala experiencia, no me animó la verdad mucho, y fueron salidas esporádicas las que hice, de mala manera, sin más placer que el terminar y conseguir llegar a casa sin tener que pedir asistencia.

Pero hará un poco más de un año, que se me avecinaban cambios importantes en mi vida personal, y también, digo yo, será la crisis de los treinta o algo, que me animé a ponerme en forma, me harté de mantenerme arrastrando por ahí más que andando, con un sobrepeso de unos 30-40 kgs sobre mi peso ideal que había ido acumulando durante todos estos años paulatinamente y al que me había ido acostumbrando sin quererlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario